7 Cabezas Ida y Vuelta

Escrito Por: Carlos Brea
Fotos de: José Tejera (El Pollito)

La verdad es que hay que estar un poquito loco o amar excesivamente lo que uno hace para romper los esquemas y superarse haciendo lo que nadie, o muy pocos, hacen.

Cuando vi en facebook que mi amigo José Tejeda (el pollito) se había enrumbado en una aventura superior a los 100km simplemente me dio envidia (y lo admito descaradamente) y no tituvié en ponerle en los comentarios que es un “montasolo”, para mi sorpresa no se hizo esperar: “estás invitado para hacer ida y vuelta la ruta de 7 cabeza dentro de 15 días”, y esas palabras fueron para mi más que un reto un elogio…

Pero cada vez que veía a “pollito” en el mirador me lo recordaba: “Carlos cuento contigo pa’lo de 7 cabeza”, escuché eso un par de veces en esa semana y el elogio se estaba empezando a convertir en preocupación.

Conozco el nivel de pollito, ya he tenido la experiencia de montar con él, hay que estar en excelente condiciones para mantener su ritmo y siendo sincero yo no le doy ni por los tobillos, para consolarme me repetía constantemente “pero si ya rompiste el record de las 12 horas junto a él, completaste el 1er TransAlp, ganaste en el Survivor D.R., etc..” pero cuando salía del soliloquio la templanza de espíritu solía alejarse.

La tranquilidad volvió dias antes del evento cuando me informó que varios amigos nos acompañarían, sería ideal la multitud para poder refugiarme en ella, que bien iba a poder descansar…pero ríanse si quieren pues abrí los ojos como dos medio pesos y casi me sube la bilirubina cuando me dijeron quienes eran los acompañantes: Melo, Dany, Marcos, Nino, Landestoy, y para ponerle la tapa al pomo “el pollito”.

A correr se a dicho: llegó el día indicado, 3:30 am un facineroso no me deja dormir con “pepepepepepe ahí viene pepepepe” a todo dar, 5:00 está lloviendo y creo que todo se cancelará grrrrrrrr error los mtb no los detiene el agua.

Km 9 carretera Duarte, 6:30am, con Melo en recuperación después de su accidente, Dany, Marcos, Nino, Landestoy, Pollito y yo teníamos el compromiso de ir a Maimon y regresar por 7 cabeza cerca de 160km de aventura y adrenalina nos esperaban, ufff que suerte que estaba nublado.

Varias paradas por un solo pinche que ni la mezcla de sellador y slime pudo tapar y luego una parada para reabastecer agua en la tienda de la Rica antes de la Cumbre.

Pero lo que me sorprendió es que Nino y Dany se detuvieron a ver un accidente y a comprar desayuno y luego de media hora de no saber de ellos se materializaron frente a nuestros ojos… rayos esos dos tienen fogaraté en las piernas.

Sin mayores contratiempos llegamos al cruce de Piedra Blanca cerca de las 9:30am, una breve parada y a huir para Maimón, las nubes y la humedad que hasta el momento eran una bendición se ponían en nuestra contra, al estar un poco más alto en las montañas la incidencia del sol es más notable y el sofoque y las taquicardias estaban a la orden del día.
Perdón a mis amigos pero a partir de ahora mi mejor amigo es el platico, lo usé y forcé al máximo como nunca antes.

No en balde calmados rima con colmados… Pollito, Dany y Nino se habían desayunado con turbina de avión y nos despegaron, Sócrates y yo íbamos mas c@lmados y varios charcos, chorreras y vecinas nativas fueron conocidos por nosotros.

La travesía del colmado de Agua Blanca a Río Verde deberían de prohibirla!!! Por Dios!!! ¿a quien fue que se le ocurrió hacer una trayecto por ahí? Tuvo que ser a un chivo por que a una persona normal no!!! aún estando seco y con buena tracción en las gomas es de las subidas más incomodas que experimentaras, cuando llegamos a la cúspide de la primera loma duramos cerca de media hora acostados en el terreno bajo una mata de mango y hasta naranja agria comimos… y yo creía que era “pro”, y pro “eprote”.

Para llegar a Río Verde las subidas se hacían infinitas y las bajadas y llanos inexistentes, al llegar a río verde los estómagos gruñeron y lo único que había en el colmado era: malta morena tibia, pan viejo, aguacate, sal y aceite verde… adivinen que comimos.

4:40pm… Por fin llegamos al cruce de hato viejo y el asfalto será un alivio después de 130km. Mi socio de sufrimiento (Sócrates) con grandes asomos de calambres, entre otras dolencias, fue derechito a buscar una soda que le mejorara su condición, extenuados iniciamos la subida de hato viejo (la 7ma de las cabezas) ahora solo nos faltan cerca de 30km para llegar a casa, solo tendríamos que rodar suave para llegar vivo.

Siguiente parada: el colmado de La Cuava. Oasis para bebedores alcoholizados, enduristas y ciclistas de mtb, rara mezcla de personalidades, fue parada obligatoria pues después de subir la Cuava había que reponer líquidos. Declaro que me sentí fuera de contexto pues con lodo hasta en la sombra estaba en la mira de cientos de ojo semi-ebrios que escudriñaban a los forasteros y como diciendo “miren eto’ loco’ to’ sucio montao en eso cachivache un domingo en ve’ de ta’ bebiendo” también debo decir que no me cambiaría por ninguno de ellos y estoy seguro que quienes hicieron esta travesía opinan lo mismo.

Rumbo al aeropuerto del Higüero tuvimos una última y breve parada (esta ruta la elegimos por inercia por que el plan original era salir por el km22 de la Duarte) el cansancio era insoportable, es una pena que no vendan, piernas, traseros de reposición y extractores de sillín por que de verdad que me los hubiera comprado.

En un esfuerzo último volviendo a la selva de asfalto resignación ante el dolor muscular y gran emoción nos embargaba al lograr cerca de 12 horas de haber salido de casa, unos cálculos rápidos según el millero de Sócrates y el resultado para un servidor fue de 172km la mayor distancia que he recorrido sobre la bici en un día, algo que invito a hacer a todo ciclista.