Sierra Prieta basta con mirarla desde arriba y es un paraiso

Por Yira González-

Pedaleo tras pedaleo cuadraron mi fin de semana para disfrutarlo en buena compañía.

Me levanté agitadamente con el corazón hasta al cuello hasta casi saltar de alegría porque ya era sábado y montaría hasta Sierra Prieta hasta ponernos prietos. Son las 6 de la mañana del sábado 16 de Abril del 2011, despierta y decidida para comenzar la batalla del día. Todo ok desde la botellita azul, llena de agua fría para equiparme y prevenir que me de la sed, hasta mi desayuno. Haria mucho sol. Eran las ocho y no había salido porque surgieron cosas de último minuto. Llame de seguido a Guido, el líder para que por favor no me dejaran. El como buen líder pensando en el bienestar de su grupo, me externó que agilizara mi paso para no desesperar al grupo en general. Llegue al primaso tarde (sorry); pero quien este leyendo esto les prometo que en el evento futuro estaré mas temprano para estar a tiempo. Los integrantes eran más de 20. Un grupo zarpo primero y el resto nos unimos después para comenzar a pedalear juntos. Con ánimo y entereza. Todos hombres y yo la única mujer. Unos son verdugos en esta materia del MTB, otros novatos incluyéndome a mí. Es interesante intercambiar técnicas en los cambios de velocidad y de plato. Las rutas con piedras son un reto cada vez que participo en esta hazaña sabatina, en las que trato de dominar a medida que me enamoro del terreno. Cuando se tratan de bajadas me tenzo. Total! tengo que mentalizarme psicologicamente que puedo emprender mi rumbo dejando rodar la bicicleta. Gane confiando y llevándome de los que saben. Es como ganar un amigo confiando en el, pero si no confías puedes perder a un gran amigo, que por no atreverte a confiar, lo pierde; y es lamentable poder pasar por esto por el resto de tu vida. Te razga el alma de no devolver el tiempo atrás. Si ves un obstáculo no pares de pedalear, atreverte, continúa y toma el riesgo de andar.

La mayoría de los caminos las bajé pero hubo una en la que dude antes de hacerlo. Desistí por el momento. Lo que más me impresionó de mi misma es de ganar ganando y perdiendo, también. Tengo mis limitaciones con defectos y virtudes, decidí ser mejor en lo que practico. El repecho que antes no hacía lo asumí como un reto personal. Fijé mi vista hacia lo lejos, en lo que me esperaba; y en un abrir de ojos me topé que lo cumplí. Más adelante descansé pasando por ríos, colmados. 30 kms marcaban en mi millero. Ya estaba cansada de mirar a cada rato la pantalla y me concentré en el hermoso paisaje, que desde la montaña Dios dibuja el cielo con su pincel celestial, dentro de su creación. Sierra Pietra. El precio por estar en este lugar es invaluable e incalculable. Es imperceptible. Solo yo y quienes estuvieron ahí pudieron apreciar ese momento. Fueron muchos esfuerzos para llegar hasta ahí. Dios es la fortaleza y te anima hasta en el mayor cansancio. El MTB es pasión. Lo llevo en la sangre. No sé si es por fiebre, pero lo siento así. Estoy contenta y feliz por mi progreso.

Cada sábado crezco y entre el grupo nos animanos unos con otros más con Guido como líder son MTB Rookies. Es un reto por superar. En este viaje, en particular, a Sierra Prieta me gustó enormemente. Excelente. Quiero por favor que las damas se interesen por participar en estas andanzas en MTB para que adornemos a los chicos con nuestra belleza. Somos un jardín andante y complemento.