Reseña monteo Mucha Agua.

Reseña monteo Mucha Agua.
por Miguel Gonzalez.

La verdad es que esta ruta tenemos que hacerla de pasadía, el grupo completo con vehículos de apoyo y bien organizado. En esta oportunidad solo fuimos 7 ciclistas: Marco Cabrera, Carlos Brea, Ray Vázquez (el americano) , Nelson Teixeira (el venezolano) , Arturo El hijo de Valerio, Adolfo el Pitcher de los Marlins y un servidor Miguel González. Cuanta belleza pudimos contemplar¡¡.. Lástima que no llevamos cámara. Arrancamos desde SD y tomando carreteras y caminos vecinales llegamos a Cambita Garabito (anexo el mapa) . En Cambita hicimos la primera parada y nos bebimos un juguito de avena con unas galleticas donde la doña que tiene el negocio frente a la bomba Isla. Luego continuamos nuestro viaje hacia Mucha Agua pero en vez de tomar la carretera de asfalto que sube a La Colonia, tomamos un camino que sube por un costado de la montaña. Ahí la cosa se puso durísima con un ascenso super exigente. Yo por mi parte subí un 35% de la loma a 10km/h y el resto a 7 Km/h. Llegué a la cima prácticamente gateando y recordando, ( mientras veía mi condición de simple y desprovisto mortal) las memorables palabras del ciclofilósofo Monseñor Brea: "A algunas personas les afecta la gravedad.... a mi no". En el cojoyito de la loma hay un colmadito desde donde se ve una panorámica alucinante. El embalse de la presa de Valdesia se ve abajo entre las montañas... Resolí a la izquierda un poco mas arriba pero no mucho, desafiándonos con sus antenas, una visión espectacular y refrescante como para quedarse ahí bebiendo Malta Morena y comiendo picapollo (masitas) en la cima del mundo. Pero nos premiaba la idea de bañarnos en el río Nizao que según Carlos Brea estaba buenísimo, así que iniciamos un descenso de 8 km por una carretera empinadísima y peligrosa. Bajamos la montaña a toda velocidad ( pero sin accidentes gracias a Dios) hasta una hidroeléctrica.

Valió la pena... mi hermano... que río. Un curso de agua ancho, medianamente profundo con una gran corriente, metido en un cañón de lomas impresionate. Una escena de National Geographic. Ahí nos comimos unos mangos que Carlos había comprado y que traía en su mochila junto con unas batatas fritas que las sacó del chiste "cuando el hambre da calor.. la batata es un refresco." . Nos acomodamos debajo de unas sombras y nos metimos hasta el cuello en el agua que no estaba tan fría como se veía. Nos refrescamos hicimos chistes, cuentos y anécdotas retrasando el momento de partir, tanto por el buen rato que estábamos pasando como por el hecho de enfrentar ese ascenso colosal obligatorio para salir de ahí. Con la vista puesta en la subida y en un acto de desesperación el Americano pidió al cielo que llegara una camioneta.. que nunca apareció. Cuando la naturaleza te muestra sus maravillas.... no lo hace de gratis.El ascenso fue duro...una subida empinadísima e inmisericorde, algunos tramos muy técnicos por el terreno, hiperventilación, pasadera de cambios, platico chiquito y dolor... mucho dolor por mas de una hora.

Marcos y Nelson llegaron primero al dichoso colmado en la cima, los demás ... bueh¡ llegamos cuando pudimos y como pudimos. No valieron los Enervit , ni Carboom, ni los guineosvit ni mangosboom ni nada. Ya uno de nuestros compañeros venía muy mal pues el día anterior se había puesto a hacer pesas en las piernas\ny a estas alturas ( mas de 55 km recorridos de pura piña) ya no le estaban respondiendo los músculos. Carlos Brea nunca lo dejó solo a partir de ese momento. Cuando llegamos arriba arrastrando las lenguas por el piso y ante la mirada incrédula de los carajitos de por ahí, bebimos líquidos y comimos galletas de manteca con sal. Les juro que esas galletas sabían a Paella Valenciana. Cuando todo el grupo estuvo repuesto nos dispusimos a descender hasta Cambita y de ahí tomamos carretera en un sprint constante a 32Km/h donde el Americano nos rebasaba en las subidas a toda velocidad como si estuviera siendo perseguido por un perro rabioso. De ese tramo solo recuerdo una goma trasera que venía estudiando fijamente todo el camino y una subida que le dicen la Rompe Cuello que ni les cuento. A a partir de ahí... el penoso regreso llenos de calambres y terminando en Quita Sueño, la loma que se erige como puerta de entrada y antesala de Santo Domingo, que dicho sea de paso Marcos y el Venezolano se disputaban como dos titanes subiéndola a toda velocidad luego de mas de 90 km de recorrido. Quieres saber quien llegó primero??? . Jajja, Yo también porque ni los ví. Tan duros esos tigueres... , cuando mis calambres y yo los alcanzamos arriba, nos esperaban tan frescos como lechugas.

Al final llegamos todos con la satisfacción de haber vencido nuestras limitaciones y de haber alcanzado nuestro objetivo con la tenacidad propia de los ciclistas de montaña. Hasta la próxima."